Javier Ruibal

Tanguillos chicucos


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Atento porque te habla el rey del Ultramarino,
yo le vendo al que tiene pasta pero le fío al que está canino.
Soy el príncipe del arenque, el bacalao y la alubia fina,
tengo un fino y un aguardiente que la gente se arremolina,
la canela y el té a la menta y la pimienta del Camerún,
las ciruelas de Damasco, te vendo en frasco mormo de atún.
Mira niña, lleva un cuartillo de este membrillo que no es común,
las castañas en orujo, pégate un lujo con tu marío,
y un litrillo de este coñac que verás que está que quita el sentío.

Y así pregonaba yo en aquellos tiempos de gloria
cuando Cádiz era otra historia, pero aquello sanseacabó,
con la crisis y la inflación, el asunto se puso feo,
y el colmao que era un ateneo y daba vida a la población
se murió porque justo al lao de mi tiendita modesta
se instaló un supermercao y ahí se acabó la fiesta.
Con el envase al vacío se perdió el papel de estraza,
el jaleo y el mujerío y el dulce de calabaza.

Hoy gracias al Mercadona, al Día y al Covirán
desayuno con cereales en vez de manteca colorá,
que jodienda pa' la merienda un Bollycao que no sabe a ,
y de la noche a la mañana nos llegó la modernidad,
ahora somos consumidores que no es ni chicha ni limoná.


Autor(es): Javier Ruibal, Jorge Arribas, Diego Galaz