Milonga


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En esta milonga criolla
suelto mis coplas al viento
para decir lo que siento
sólo ante Dios me rebajo
soy templado en el trabajo,
el rigor y el sufrimiento.

Y con uno que me escuche
no ambiciono más abrigo
la confianza de un amigo
al hombre le da valor,
con un solo sembrador
la tierra da mucho trigo.

Vale más quien siembra un grano
que quien por vicio destroza;
hace a la mujer hermosa
un cariño verdadero,
la mano del jardinero
le da belleza a la rosa.

La vida pone las cosas
en lo hondo, lo verdadero
el hombre leal y entero
no maltrata al infeliz,
la fuerza de la raíz
es la que aguante al pampero.

Muchos sin tener cimientos
quieren trepar de un tirón
ignoran que no es cuestión
de subir salteando escalas,
a la fuerza de las alas
las impulsa el corazón.

Para el que sabe sentir
lo exterior es lo de menos,
son los sentimientos plenos
los que han de prevalecer:
todos traemos al nacer
la obligación de ser buenos.

Puede ser un hombre sabio
desoído o ya olvidado,
pero nadie está obligado
a guardar gloria y renombre,
pero es un deber del hombre
ser en toda prueba, honrado.

Por muy grande que sea un hombre,
por muchas que sean sus galas,
debe pensar que lo iguala,
sin vanidad y sin orgullo
un gusano en su capullo
que hace en silencio sus alas.

Puede ser un hombre sabio
desoído o ya olvidado,
pero nadie está obligado
a guardar gloria y renombre,
pero es un deber del hombre
ser en toda prueba, honrado.

Disfrazan tanto las cosas
que hacen del sol un capuz,
y hasta confunden la luz
y olvidan por vanidad
que Jesús, con la verdad,
subió descalzo a la cruz.

Soy cantor humilde y llano,
ni el más malo ni el mejor,
perú, eso sí, soy cultor
de la verdad lisa y llana,
pues mintiendo se hace vana
la obra noble del cantor.

EI cristiano que es de ley,
si en esta huella se planta
y la bandera levanta
de su pueblo en el cordaje
debe tener el coraje
de jugarse cuando canta.


Autor(es): Víctor Velázquez, M. A. García