Para acompañarme
Temblando de ansiedad
mis manos buscarán
el pulso de una guitarra
que me acompañe a cantar.
En mi alma guardaré
sus cuerdas de cristal
latido que se adormece
en canto sentimental.
Estribillo
Vibrará en mi ser
su dulce melancolía
recuerdos de una esperanza
que se ha llevado el adiós,
herida honda y lejana
dónde ha quedado mi voz.
Las rosas del amor
mis manos abrirán
y solas con su alegría
mi pecho perfumarán.
Mirando anochecer
mis manos tocarán
la estrella que hay en su boca
que me ha enseñado a soñar.
Autor(es): Eduardo Madeo, José Ríos
