Tangos

Pánico


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Como un espantapájaros errante
piso recuerdos y veredas frías.
A veces, el coraje se subleva
alzándome a yirar por las poesías.

Me bajo de un disparo y vuelvo al barro,
pues no merece altura mi agonía.
Perder es aprender a resignarse
para aquel perdedor de valentías.

No me alcanzó el racimo de tu risa,
ni tu caliente mano en mi mejilla,
tampoco los abriles perfumados,
dorados amuletos de la vida.

Todo se hundió y no supe detenerlo.
¿Cómo matar al miedo de rodillas?
Palpita el mapa interno de los sueños,
mi loco corazón, con sus heridas.

Ayer fui una promesa de retoños,
polvo de estrellas con el sol por guía.
La piel envejecida del naranjo
guardó nuestro secreto con porfía.

Tu amor fue lo mejor y lo he perdido
por no poder vivir con alegría.
A veces te florezco entre mis brazos
y lloro con dolor mi cobardía.


Autor(es): Marta Pizzo, Esteban Morgado