Tangos

Noche de mayo


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(Recitado)
Este canto triste jamás escuchado,
fue la voz doliente de un desheredado
que quién sabe dónde, sin amor ni techo, hoy viviendo está.

Noche de mayo memorable, que pasé
en el hogar tranquilo donde yo nací
cuando a mi madre, por la paz de su vejez,
sería un hijo bueno se lo prometí.
Mas la corriente de la vida me arrastró
como liviana rama que no tiene flor
y en la miseria de la orgía y el placer
viviendo mis pasiones, marchité su amor.

Madrecita mía, milagrosa viejita que ayer
alentó mi corazón con frases de un grande, sublime querer,
en mi cuna cuantas noches me repitió su canción
y mis sueños al velar, llenaban su alma de dulce emoción.
Virgencita buena que a mi pecho mi madre obsequió
yo también te abandoné, quién sabe en qué mundo lloras como yo,
derrotado por la vida siento hacia ti adoración
de rodillas ruégote que igual que mi madre me des tu perdón.

En el doliente mes de mayo evocador
después de larga ausencia al hogar volví
con el cansancio, la derrota y el dolor,
traía una esperanza: lo que prometí.
Pero vacía la casita maternal
clamando por mi madre nunca más la vi,
y desde el patio que alegrara mi niñez
pregunto a las estrellas: ¡Qué será de mí!


Autor(es): Eduardo Moreno, Osvaldo Pugliese