Joaquín Sabina

Medias negras


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(PRIMERA VERSIÓN)

La vi en un paso cebra
toreando con el bolso a un autobús,
llevaba medias negras,
bufanda a cuadros, minifalda azul.

Me dijo: "¿tienes fuego?,
tranqui, que me lo monto de legal,
salí ayer del talego,
qué guai si me invitaras a cenar".

Me echó un cable la lluvia,
yo andaba con paraguas y ella no
-"¿a dónde vamos rubia?"
-"a donde tú me lleves"-contestó.

Así que fuimos hasta
mi casa -"que es el polo"- le advertí.
-"con un colchón nos basta,
de estufa, corazón, te tengo a ti".

Recalenté una sopa
con vino tinto, pan y salchichón;
a la segunda copa,
-"¿qué hacemos con la ropa?"- preguntó.

Y yo que nunca tuve
más religión que un cuerpo de mujer,
del cuello de una nube
aquella madrugada me colgué.

Estaba solo cuando
al día siguiente el sol me desveló,
me desperté abrazando
la ausencia de su cuerpo en mi colchón.

Lo malo no es que huyera
con mi cartera y con mi ordenador,
peor es que se fuera
robándome además el corazón.

De noche piel de hada,
a plena luz del día Cruella de Ville,
maldita madrugada,
y yo que me creía Steve McQueen.

Si en algún paso cebra
la encuentras, dile que le he escrito un blues;
llevaba medias negras,
bufanda a cuadros, minifalda azul.

(SEGUNDA VERSIÓN)

En Línares, Baeza,
toreaba con el bolso a los tranvías,
llevaba medias negras,
estaba como un tren de cercanías.

Me dijo: "¿tienes fuego?,
tranqui, que me lo monto de legal,
salí ayer del talego,
qué guai si me invitaras a cenar".

Me echó un cable la lluvia,
yo andaba con paraguas y ella no
-"¿a dónde vamos rubia?"
-"a donde tú me lleves"-contestó.

Así que fuimos hasta
mi casa -"que es el polo"- le advertí.
-"con un colchón nos basta,
de estufa, corazón, te tengo a ti".

Recalenté una sopa
con vino tinto, pan y salchichón;
a la segunda copa,
-"¿qué hacemos con la ropa?"- preguntó.

Y yo que nunca tuve
más religión que un cuerpo de mujer,
del cuello de una nube
aquella madrugada me colgué (¡ay! cómo gocé).

Estaba solo cuando
al día siguiente el sol me desveló,
me desperté abrazando
la ausencia de su cuerpo en mi colchón.

Lo malo no es que huyera
con mi cartera y con mi Gibson Les Paul,
peor es que se fuera
robándome además el corazón.

De noche piel de hada,
a plena luz del día Cruella de Ville,
maldita madrugada,
y yo que me creía Steve McQueen (e incluso "Brad Piss").

Si en algún paso cebra
la encuentras, dile que le he escrito un blues;
llevaba medias negras,
bufanda a cuadros, minifalda azul.


Autor(es): Joaquín Sabina