Danza de fin de siglo


Cuando empezó la danza
salimos a bailarla.
La luna también bailaba en la noche de La Habana.
El aire del mar llevaba
ritmos de caña, hojas de menta, palmera y sal.

Cuba esmeralda verde,
barca muy bien anclada.
Pareces más joven cuando tu gente danza.
¡Guardas tanta belleza!
¡Siento tanta añoranza si me voy lejos de ti!

Y pasan los años y los siglos vendrán
y no desharán la danza
en esta casa sin paredes que resiste todavía.
Nadie logró romperla
alguien le llama azúcar del tiempo y vuelo de la esperanza.

Toda La Habana vieja
va cantando su historia.
Una ciudad herida y sin embargo tan viva.
Nadie logró rendirla.
Y aún te dice que tiene la casa abierta para ti.


Autor(es): Albert García, José María Vitier