Canción porteña


(Recitado)
El Tango,
es la pincelada que nace del corazón;
como esa flor encarnada,
que vive de la ilusión.

Tango brujo y compadrón,
de sentimiento sincero;
que alentás al milonguero,
cuando me lo ves tristón.
Sos el alma y la reacción
de la barriada porteña
y sos el papá que enseña
defender una ilusión.

Son tus notas penetrantes,
lo mismo qu’el sol de invierno,
que animás a los enfermos
con tus ritmos tan brillantes.
Sos el glorioso estandarte
de mi modesto arrabal;
y sos pilcha de percal,
que a la mujer adornaste.

Cuando te veo dormir,
en algún rincón porteño,
le tiro la bronca al sueño
que te quiere ver sufrir.
Vos siempre debes vivir
llenándonos de emociones
y con tus modestos sones,
yo me quiero divertir.


Autor(es): Francisco Laino, Antonio Macri