La paradoja de Olbers


La luz definitiva
no es posible.
La sombra es el recinto,
lo oscuro es el designio de la estrella
que suma rayo a rayo la blancura
de todo lo que existe.
La vida es una tregua
y la noche es lo que impera en la materia del relámpago.
El triunfo es del crepúsculo.
El día es ilusión sobre las aguas delirando.
El fuego y el instante son lo mismo.
La patria de los soles es espacio
que se instala en la penumbra de la muerte.
La suma de los astros es igual a lo nocturno.
La extraña luz es isla,
insólita verdad de las tinieblas.


Autor(es): Eduardo Carrasco, Gonzalo Biffarella